El piñón de transmisión, como su nombre indica, se refiere al piñón de un mecanismo que recibe potencia.
Normalmente, obtiene su potencia del «engranaje motriz» y transmite esa potencia a otras partes de la maquinaria o mecanismos. Los engranajes, también conocidos como ruedas dentadas, transmiten la potencia a través del engranaje de sus dientes, un movimiento crucial para innumerables dispositivos y equipos mecánicos. Sin embargo, este preciso proceso de transmisión de potencia no puede lograrse sin las técnicas de mecanizado adecuadas.
En la fabricación de engranajes se suelen utilizar materiales relativamente blandos, como el acero con bajo contenido en carbono. Estos materiales pueden producir virutas largas y continuas durante el corte, lo que plantea riesgos como el enredo de las virutas en las herramientas y dificulta el transporte adecuado de la pieza.
Conseguir una eliminación eficaz de las virutas contribuye a estabilizar el proceso, manteniendo la calidad del engranaje accionado y mejorando la eficacia de la producción. Un mecanizado preciso y eficaz respalda el papel vital del engranaje conducido y es clave para maximizar el rendimiento de toda la máquina.